jueves, 22 de marzo de 2012

LAS SONRISAS, OLVIDADAS

Solo un ser irresponsable o poco lúcido puede caminar por estos lados con una sonrisa en la cara.
En la calle, en el supermercado, en el banco,... nos ponemos obligadamente la máscara de la seriedad, de la preocupación
No se puede andar feliz por la calle.
Solo tienen permiso los niños y  algunos adolescentes
Hasta las modelos y los modelos deben sacarse las caras de no me pasa nada y lucir una expresión de infelicidad y contratiempo sobre las pasarelas y en las sesiones de fotos.
Varias veces al día los medios se encargan de contribuir a la construcción de estas máscaras defensivas.
A veces me digo que no voy a escuchar ni ver ningún noticiero, pero después se hace necesario para saber qué máscara, de todas esas tristes y amargas, me pondré hoy.

Y de tanto usarlas se nos va perdiendo la alegría.


TEMPLOS NUEVOS: SALA DE MUSCULACIÓN



Armonía desde el primer peldaño de la escalera.
En el perchero, una bolsa invisible donde dejar los problemas.
Cada uno ocupándose de hacer bien lo suyo y alguien que se ocupa de todos en general y en particular.
Los individuos concentrados en el esfuerzo llegan a su propio encuentro.
Todos los músculos se estiran y contraen y se vuelven a estirar  a través de diversas ceremonias y aparatos.
El movimiento, la fuerza, la quietud.
Una música que potencia los ritmos. En las pantallas, imágenes de atletas, deportistas...nada que altere la atención.Tampoco las vestimentas pueden alterar la paz : deben ser armónicas y simples, geométricas siempre.
El entrenador atiende a sus gimnastas con dedicación y sutileza. Aquí lo único que se vence es a sí mismo.
Y aprovecha para dar ejemplo.
La temperatura es la mejor posible y se puede observar la naturaleza agreste tras los grandes vidrios o el agua azul del natatorio de la planta baja, lleno de luz natural y paisaje, donde atletas acuáticos o gente común se mueven en silencio casi absoluto, para los que observan desde arriba.

Puede ser el único sitio, en esta circunstancia histórica, donde se puede encontrar la paz y el mayor bienestar posible de nuestra cáscara física y de su tierno interior espiritual.
Un paraíso dentro de lo convulsionado, lejos del ruido vano del tránsito, oculto a los ojos de los que no son capaces de descubrir sus virtudes: un templo sin religión.


Imágenes de la web

martes, 26 de abril de 2011

Reflexiones I

Cuando solo se escucha el piar y el aleteo del último vuelo de los pájaros, en el atardecer, se siente tan bello el verde…
 Las flores mórbidas y brillantes de sol diurno se balancean por las brisas casi imperceptibles cuando vienen a libar su último trago  las abejas y los colibríes.
Y yo puedo pensar, en esa calma, que todo el planeta es una trampa atractiva, un espacio de vidas efímeras y  de glorias momentáneas rodeadas de azul , en un pequeño guijarro casi redondo que flota perdido en el esplendor del universo.


sábado, 9 de abril de 2011

Filosofía de tejedora.



Te sientes confortable entre tus lazadas
No dejas hilos sin atar
Ni cabos sueltos.
Repites como un mantra tus movimientos.
Creas en el aire formas de todas las dimensiones.
Te unes a la comprensión de las series matemáticas que construyen un tejido.
Comprendes los trucos, percibes las progresiones, los enlaces y las formas.
Por eso eres una buena tejedora, porque comprendes los números y sus relaciones.
El tejido va, sin embargo, con un sentimiento anexo: la necesidad de reconstruir los acontecimientos, hilar y enlazar la vida: fuertes lazos que no se destruyan .
Lazos para siempre. Tramas y urdimbres eternas.

Dedicado a mis hijas María Lía y Julieta, grandes tejedoras!
Imagen de http://puntosyalgomás,blogspot.com

domingo, 28 de noviembre de 2010

Dichos cordobeses y de paso tomamos unos mates.

Frases que rondaron por la mesa de un taller literario al cual asistí durante los años 2007 y 2008, lugar apto para dejar crecer los buenos sentimientos, que dejó valiosos recuerdos.

La mayoría, son seguramente de Cristina Loza, la conductora del taller, que es una mujer con mucha agilidad para el lenguaje. Otros son de algún compañero. Todos seguramente son más viejos que el mundo… (los dichos , eh?)

Pena compartida es media pena.  Cholo.

El arte es reencuentro con uno mismo.

En el juego se ven las personas.

No quiera ponerle pantuflas al perro…


Más cerca del arpa que del piano.

¡¡Todos los ómnibus te dejan en tu casa!!

La ilusión es el motor del alma.

Las casas grandes son agobiantes para quiénes son pocos. Se dispersan las energías.

El hombre es como el oso; cuanto más feo, peor para él. Ebe

En la vejez, al hombre lo único que se le sube son las encías.

No es bella quién quiere sino quien puede.

El que tiene, retiene, y guarda para la vejez.

A mayor seguridad del observador, menos importancia del aspecto del observado. Guille

Lo que no mata, fortalece.

El disfraz de San Jacinto, nada más que un cinto.

El humor vuelve más soportable la idea de la muerte.

No ve ni un gaucho con espuelas de plata. Guille

La medida más antigua de la humanidad es el ma’ si.


A veces la familia pesa como un collar de sandías.

Cuando el animal se cruza es porque el alambre está caído.

Los culpables de tiempo completo son el plato favorito  de los irresponsables.

En la vida hay que andar con orejas de hule y cuerpo de pato.


Acomodarse a lo que te falta, acostumbrarte a lo que te falta, es una manera de no vivir. Guille

Cuando uno se va para huir del problema, lo primero que entra en la maleta  es el problema. Cristina?

Estamos muy pendientes de la mirada del otro

Para la gripe…sudor de cuerpo presente.

Cuando no te importa, llega la libertad.



Todo hombre necesita un castillo donde volver, donde sacarse la armadura, donde ser admirado.

El hombre quiere ser el primero de una relación, la mujer quiere ser la última. Cris

Muchas batallas y ninguna nochebuena.

Yo tiro la cuerda…no soy la cuerda.

Si le queda grande, mídaselo de nuevo.

No importa lo delirante que sea una historia, al ser bien contada, se vuelve creíble.

 Plano“alpargata” el que se hace en el piso, caminando.

Un apodo: “bragueta salvaje”

Cómo pedir limosna: ¿No tiene un peso que le estorbe?

Somos como las cascadas, necesitamos las piedras para ser maravillosos.

Dios nace cuando muere el primer individuo de la tierra.

Oiga, usted lee más rápido de lo que yo escribo.

La soledad es como un poncho mojado.



 Y para finalizar los especiales


Más hablador que un perdido encontrado. Dicho cordobés

Hay una vieja que quiere vivir cien años, para vivir haciendo daño. (un mozo de restaurante de Bo. Gral. Paz.)





viernes, 22 de octubre de 2010

Posibilidades

Un año más…debo aguantar un año más…
¿Y cuánto hace que estás trabajando aquí?
Tres...
¿Tres? Ah, serían cuatro años ¿Y después qué?
Me voy al ejército ¿Vio que acá los muchachos trabajan unos años y después se van al ejército?
Claro-le dije- ya me di cuenta.
Sí, había visto algunos que volvían, después de un tiempo, muy cambiados: el pelo corto y  el cuerpo musculoso. Atrás quedaban las melenas largas y abundantes, los aros y piercings, la pinta de cuarteteros, de flacos pelilargos, la tez amarillenta desaparecida.
Y además-seguí adivinando- seguramente, por un tiempo, el muchachito no tendría  que preocuparse  por la comida de cada día, la ropa diaria o el lugar donde vivir. Tampoco sería su preocupación una guerra verdadera, ya que había casi ninguna posibilidad de que eso ocurriera. Aprendería lo suficiente de armas, estrategias, etc. etc. y al salir podría tener bastante trabajo en empresas para custodia, para los numerosos countries, barrios privados de la zona, o quién sabe, podría formar su  empresa para estos fines, o su ejército particular o…podría andar tranquilo por la calle con su físico bien desarrollado por los ejercicios violentos y la comida fuerte y con sus nuevas habilidades para defenderse.
Analizando un poco, el panorama sería bastante más amplio del que le podría ofrecer una carrera  terciaria, que bien sabe no podría cursar trabajando todo el día.
Me siento como una gitana vieja, adivinando mientras busco en el fondo de sus ojos negros. Duendes oscuros  bailan alegremente en sus pupilas mientras termina de acomodar el pedido en cajones de madera. Lo sube a mi camioneta y me dice con sencillez, tal vez recordando sus años de secundaria tan cercanos y sin terminar…
Chau profe, que le vaya bien!
Ahora es cuando le deseo lo mismo y un nudo invisible me comienza a apretar la garganta.


Imagen: de la Web con intervención digital.

jueves, 12 de agosto de 2010

Cuando los Dioses del Olimpo nos miran




He cruzado el océano y estoy en el Viejo Mundo, primer mundo, países desarrollados...
Estoy de visita en casa de mi hija.
Entre conversación y conversación, me comenta entusiasmada: Mirá qué felicidad la de  mis amigos que salieron en la VOGUE. Iban por el centro y los eligieron para hacerles una foto con los pañuelos de seda de tal marca…
Veo la actitud de los dos muchachos de casi cuarenta, que sonríen como si estuvieran en el paraíso y de paso le doy un vistazo a la revista llegando a las siguientes conclusiones:

En la Antigüedad la gente del pueblo admiraba la perfección a través de las bellísimas esculturas, las esforzadas pinturas y hasta  la arquitectura  daba la medida de  la imagen  del hombre y su posición con respecto al cosmos.
Más tarde el centro de atención y admiración pasó a la ciencia, aunque el arte siguió estando fuertemente presente como reflejo de aquello laudable.
Ahora, la perfección, el Olimpo, los dioses y los semidioses nos miran con diversas y atérmicas expresiones desde la VOGUE y tantos otros medios que se alejan del populacho mostrando los objetos, las costumbres y la moda que nunca se podrá tener y tal vez ni siquiera admirar en vivo y en directo.
En las primeras páginas, con publicidades alguna vez clasificadas como ontológicas donde no se explica absolutamente nada del producto porque “ya se sabe todo”, van apareciendo con riguroso orden:
DIOR, CHANEL, PRADA, GUCCI, DOLCE &; GABBANA, CAROLINA HERRERA, LOUIS VUITTON, CARTIER, LOEWE, con publicidades de accesorios y perfumes, donde la gente perfecta, en una vacación eterna, mira fijamente desde una posición distante y a veces sensual.
Luego comienzan los hermosos objetos que hacen a la moda de la vestimenta . Sus respectivos precios más o menos inalcanzables van apareciendo en algunas imágenes con disimulo.
Vienen diversas secciones :
Novedades, gente y actualidad
Zoom compras
Zoom Tendencias
Zoom Moda
Zoom Joyas
Diario Vogue
Y acá llega, al fin, el especial de regalos, por  el cual todos han comprado este ejemplar: 165 propuestas a partir de 4,90 euros.
Mmmm... yo me pregunto si no habrán confundidos los lugares de las cifras porque de las preciosas pequeñas cosas que ha encontrado VOGUE para regalar, en una gran recorrida por tiendas increíbles, puedo mencionar muy pocos precios bajos ...
Veo bufandas tejidas a mano a 345 E, mocasines a 475, una cartera a 4.300, y así.... No encuentro nada a 4,90. ¡Burla total!
Los dioses además de mirarnos con la autoridad de su poder adquisitivo, se divierten con nosotros.
Ahh como punto final veo un lindo llaverito de CHOPARD  con una vaquita suiza de metal a 590 E.
Ja, mejor no multiplicar para darnos una idea de lo que saldrá el llaverito en el devaluado peso argentino.
Ahora comienza la sección llamada de PISTAS que se dedica al cine, arte, música, libros, escena, gourmet. Luego Belleza y al final reportajes y encuentros. Cada vez que termina una sección vienen las publicidades de los últimos ordenadores, teléfonos celulares y demás chiches de la tecnología de vanguardia..
No faltan diseños de trajes de fiesta inolvidable y  algunos excéntricos como vestidos dedicados expresamente(?) a quiénes ejercen la profesión más vieja del mundo pero de alto vuelo.
Al fin encuentro algún reportaje interesante y ahora… ah...no! La frase de una fan que dice. “PRADA es dios, porque sus zapatos nos hacen inclinar la cabeza”
Paso las hojas y el broche de oro lo da un slogan de una propaganda de seguros para el automotor: “El dinero no lo cura todo” Ahora me da una especie de carcajada con vómito.
Un sentimiento paradojal me hace pensar que de todos modos Moda también es arte, es la oportunidad de crear desde esos rincones divinos, donde las modelos representan con sus medidas y actitudes, el ideal del siglo XXI y desde sus rostros inmaculados de photoshop y sus miradas  de frialdad temeraria nos hacen reverenciar los estereotipos de la perfección en esta sociedad consumista.
Por eso, admiro el círculo de creadores que de alguna manera se desarrolla y se reinventa día a día…Aunque las formas usadas en el pasado revivan con exageración en nuevos materiales y diseños, cada vez más espectaculares e inalcanzables.
Esos materiales que nunca podremos usar, esos diseños que nunca llegarán a nosotros, por vivir en este desgraciado “país en desarrollo” y que nunca podremos comprar aunque pisemos los suelos del desarrollo.
Maldición que nos hace vivir, moda o no de por medio, como ciudadanos de segunda del planeta.
Más  escasez para nosotros, más carencias para nosotros, el ahorro para nosotros, más crisis para nosotros- que total ya estamos acostumbrados- mientras recibimos las miradas burlonas del Olimpo y agachamos la cabeza como los campesinos  de una Edad Media Infinita.

Dea Bea
Barcelona, julio 2010

jueves, 5 de agosto de 2010

Zapping maldito de los viernes por la noche



ZAPPING MALDITO DE LOS VIERNES POR LA NOCHE
Los viernes por la noche se vuelve diabólico.
El maldito aparato que tengo a los pies de la cama.
Ni bien caigo agotada y me desplomo sobre la cama estirando con precaución todas mis extremidades, de manera que disfruten conmigo del reposo, se me da por pensar que tendré una velada entretenida con los prometedores espectáculos que ofrece una compañía de TV por cable, famosa por sus muchos y variados canales.
A  veces, mi marido ha llegado antes que yo a la plataforma de los sueños y tiene su cuerpo – alma ubicada en el más profundo y lejano espacio.
Me prendo del control, ya que el terrible aparato ya está andando hace algunas horas y para  ejercitarme la paciencia, el objeto no responde. ¡Otra vez desprogramado! O se le habrán acabado las pilas… Recuerdo que a veces responde sacándoselas y poniéndoselas rápidamente. ¡Ah, la tecnología!
Ahora sí. Funciona. Ahora sí. Me dispongo completamente a ver algo que me apacigüe, y me genere un dormir tranquilo y feliz, como un film romántico o uno cómico pero inteligente o una expedición que recorra los hermosos paisajes de nuestro planeta, o algún musical colorido y oh oh…
Hay una mujer colgando de una cuerda casi desnuda, alguien la martiriza, sangre, gritos desesperantes y al final cortan su gargan… cambio. Otra mujer ahora colgada cabeza abajo, también con poca ropa, y otra que para propio placer la va decorando con tajos de algún arma extraña... ¿Sus  uñas largas de acero? Sangre, gritos  desgarrantes y cuando está por terminar su exasperada actuación infringiendo a su víctima quien sabe qué cosa… Cambio. Un par de animalejos copulando en un combate de vida o muerte, sangre, chillidos…otro par arrancándose pedazos, sangre, ruidos extraños… cambio. Policial, tiros, gritos, sangre…cambio. Otro policial, explosiones, tipos que vuelan por el aire, gritos, sangre… Cambio. Rezo para que no aparezca "Policías en acción" donde los allanamientos, crímenes, peleas callejeras y demás delitos son verdaderos...
Cambio. Zombis llenos de ampollas asquerosas  caminan  como si fueran de cartón y se comen las partes internas de todos los que encuentran, aggggg, me dan náuseas. Gritos y sangre y vísceras y cabezas vacías. Aggggg. Cambio urgente. Ay, no. Vampiros arrogantes casi de pasarela, con las fauces entintadas de rojo, cambio, y ay, hombres lobo de ojos amenazantes y pelos hirsutos. Cambio. ¡Alien! Noooo, Alien otra vez! Cambio. ¡Quiero algo  que aporte belleza y paz! Cambio. Película de bajo presupuesto y sexo explícito, ah no, el aburrimiento  dedicado a los que en la vida real no tienen  oportunidad de practicarlo o que seguramente disfrutan del voyeurismo.
Ahora encontré. Un dulce y antiguo dibujo animado. Espero, tal vez vanamente, que tenga un final feliz, porque ya sé que a Disney le gustaba matizar sus historias con realidades crueles…
Al menos no hay sangre, ni sexo explícito, ni pólvora, ni comportamientos asquerosos.
Me duermo y sueño con los noticieros que veo cuando puedo, de mi país, de otros países americanos, o europeos que son los que están al alcance del aparato maldito y en el sueño me doy cuenta que en ellos también hay gritos, sangre, muerte, conductas repugnantes, agresión, propiedades y personas violentadas, y derechos no respetados de todo tipo, presentados, muchas veces, en  la forma más burda posible. Y la pregunta persiste en mí, y me envuelve enroscándose persistente: ¿Por qué esa necesidad de ver actos nauseabundos para pasar el rato: del terror, de la violencia, de la muerte cruel, de la sangre que se esparce  a chorros?
¿De qué estamos hechos?

 Texto: Dea Bea


Imagen: Alberto Seveso,italiano.

jueves, 1 de abril de 2010

Tomené


En toda su vida ni siquiera había estado conforme con su nombre. Se llamaba Salomé pero todo el mundo la conocía por Tomené.
Era delgada, de cutis muy blanco que nunca había sentido la luz del sol, porque  hasta a la galería salía con su sombrilla. Cuidaba su hermosa piel sólo con aceite de oliva. Los cabellos, renegridos como sus ojos, nunca conocieron la libertad. Siempre peinados en un ajustado rodete bajo.
Los años  la habían vuelto una personita diminuta pero proporcionada y derecha.
Nunca la vimos con verdadera ropa, siempre en camisón y negligée de fina tela con cuello de volados transparentes, que usaba para levantarse de la cama.
La cama era de metal, de enorme respaldar, llena de querubines plateados y dorados.¡ Lo que era verla perdida en esa inmensidad! El tamaño de la cama intimidaba a cualquiera.
Por lo menos, calculo que debe haber vivido veinte o treinta años en esa cama, en el gran dormitorio sin ventanas, cuyas paredes oscuras tenían casi cuatro metros de altura y estaban cubiertas de pinturas de tamaño exagerado, hechas como para una iglesia, el Sagrado Corazón, la Virgen y que sé yo cuantos santos más de su devoción. Las pinturas siempre me provocaron esa rara sensación de cosa inabarcable en las visitas que le hacía desde  muy pequeña.
Encajes y cirios, santos y flores, rosarios y misales desbordaban su dormitorio. No me explico cómo podía dormir allí.
Tenía horarios fijos para recibir las visitas: su preferido era el de las cinco de la tarde -y dicen que antes sí se vestía muy bien para ese momento.
Íbamos a verla y tomábamos el té hablando mucho de casi nada y comiendo las masas o tortas finas que le llevábamos.
Pasaron los años y la ceremonia de visita no cambió nunca, la misma hora, el mismo té, la ropa de recién levantada y el comentario de que “estuve muy enferma. Nunca me quedó en claro cuál había sido su enfermedad porque parece que solo sufría un poco del hígado, por lo que se cuidaba en las comidas.

Tomené había nacido en Madrid y en su juventud estaba perdidamente enamorada de un torero. Cuando iba a la plaza de toros, acompañada de su nana, adornaba el palco con su precioso mantón, costumbre de las familias destacadas de España. Era el año 1893 y todavía se estilaba que la nana la acompañara a todos lados,hasta le llevaba el almohadón a la iglesia porque en ese entonces las iglesias no tenían bancos.
Al final de la corrida, el torero le correspondía sus sonrisas regalándole la oreja recién cortada del toro o le arrojaba su sombrero. Yo me pregunto dónde guardaría ese presente tan sanguinolento como una oreja recién cortada. Bueno, no conozco mucho de corridas de toros…
La familia entera de Tomené iba a Pamplona para las fiestas tradicionales. Allí, Pacarlos que pertenecía a una familia numerosa de las de antes, donde la mitad de los veintiuno eran frailes y la otra mitad monjas, la vio en una misa y se enamoró lo que se dice a primera vista, dirigiéndose con apuro a pedir su mano. Lástima que Tomené no lo tenía registrado, lástima que nadie la consultó cuando arreglaron su casamiento, lástima que su corazón estaba en manos de otro, del torero.
Pacarlos, era un vasco viajero, inquieto y especializado en comercio exterior que tenía plantaciones de caña de azúcar en Cuba y tal vez era tratante de esclavos como bromean en la actualidad, algunos mal pensados de la familia. Pero vendió todo para casarse con Tomené y radicarse en Eibar, a un paso de San Sebastián, en el país vasco. Cuentan que pronto hicieron amistad con el rey Alfonso XIII y  veraneaban juntos por allí y después de algunos años, quizá un lustro, se radicaron en Argentina .
Primero vino Pacarlos. Cuando llegó a Buenos Aires compró una discreta mansión que incluía cochera, carruaje y caballos, ubicada en un primer piso, de haber sido en planta baja Tomené no hubiera aceptado, ya que ese nivel siempre había sido reservado para la servidumbre y a los establos. Cuando estaba todo listo viajó ella con sus cuatro pequeños hijos.
En pocos años, tuvo otros hijos hermosos y alegres como pocos, hasta llegar al número de ocho, aunque dos murieron de difteria, como solía ocurrir en esos tiempos.
Desde un comienzo su vida de casada se convirtió en una larga y terrible enfermedad, que no tenía casi síntomas y que a pesar de todo no le pudo quitar la alegría, ya que aún es recordada por sus chistes y ocurrencias verbales y por sobre todo porque no dejaba de cantar los famosos chotýs madrileños aunque su canción preferida- desde que su nieta mayor se la enseñara- era “El día que me quieras” cantada por Carlos Gardel.
Cuando Pacarlos murió, Tomené no olvidó brindar con champaña, frente al retrato de su marido, otra gran pintura que comandaba el salón de recibir, en cada aniversario de su desaparición, diciendo: Te saludo hombre hermoso y admirado ¡que sigas allí y yo aquí por mucho tiempo más! con su linda tonada castellana nunca perdida.
Y así le pasaron los años, viviendo con su dama de compañía, una catamarqueña alta, fuerte y ocurrente como ella, haciendo la vida de una ostra mentirosamente enferma, brillando en su esplendor oculto en esa casa antigua donde el tiempo parecía haberse detenido.
Un cierto día, Tomené dijo: me cansé de comer. Fue cuando se dio cuenta que la única forma de morirse era tomar la valiente decisión de dejar de alimentarse, ya que tantos cuidados y falta de quehaceres le habían permitido llegar a los noventa y nueve años.
Y así fue como la graciosa madrileña partió a encontrarse con su torero, después de una larga y tal vez aburrida vida.

N del A: cualquier parecido con la realidad no es una coincidencia.
Foto:Arde Eibar por Aupa Beitia.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿Qué se ama cuando se ama?

Texto inspirado en  la lectura del poema
 “¿Qué se ama cuando se ama?”
Del escritor chileno Gonzalo Rojas. Contra la muerte.1964


Estabas pensando que estabas enamorada.
Tan enamorada todavía.

Él te dijo-No vaya a ser que lo tuyo sea pura ilusión, mirá que yo puedo ser una construcción mentirosa de tu mente.
Temblaste…El alma se te helaba: si él no era lo que pensabas, nunca había existido ese amor que creías de los dos.
Para que hubiera amor, tenía que haber dos, ¿no?
¿Qué es eso de que uno ama y el otro no?
¿Puedo amar sin ser amado?
Claro que puedo,
pero entonces el amor es un espacio oscuro, triste, agobiante, pequeño y cerrado,
un sitio de uno solo.
¿Puedo amar de una manera que el otro
 no comprenda ?
¿Puedo amar en un estilo que el otro no necesite?
Entonces también nos sentiremos habitando un espacio en tinieblas.

A él le seguía pareciendo que no era él en realidad lo que vos amabas.

¿Qué se ama del otro?
¿La cercanía del cuerpo por las noches? ¿El sonido de sus pisadas?
¿El aroma? ¿La exigencia de sus manos?
¿La inteligencia de sus actos? ¿El aguante en los días difíciles?
¿Y qué pasa si él no se reconoce en tu mirada?
¿O si se reconoce pero baja los ojos
como quien baja una persiana?

Entonces se te ocurrió preguntarle
en qué momento había empezado a sentir miedo: de vos,
de tus intuiciones,
de tus pronósticos que se cumplían,
miedo de  su pedestal desvaneciéndose lentamente.
Pero no se lo preguntaste porque no hacía falta.
Hacía bastante tiempo que no era necesario decir nada.
Vos pensabas que él ya lo sabía.
El creía que vos ya lo sabías.
Y los dos tenían miedo, un miedo profundo de perderse en la cueva de las incomprensiones,
de los desencuentros, de los desengaños.

Entonces …
¿Qué amás cuando lo amás?
¿La costumbre? ¿La seguridad? ¿El esfuerzo?
¿La paciente construcción de la filigrana de la vida?
¿Los nexos sagrados de los hijos? ¿El sexo?
¿La posesión del otro? ¿La presencia del otro?
¿La debilidad, el cansancio, las frustraciones,
 los silencios, las palabras a destiempo…?
¿Qué amás cuando lo amás?



Para mis compañeros del Taller Literario dirigido por  Cristina Loza
Bea Candiani ,7 de noviembre, 2007
Imagen:L'Indifferente. www.crochetdoll.net