La mayoría de la gente anda por la vida casi sin saber
adónde va a llegar.
Solo unos pocos deciden el destino de todos. Solo unos pocos
mueven los hilos de la humanidad, pero a
su vez y equilibrando apenas la
situación, existen otros como Gelsa que han nacido con la intuición desarrollada.
Así va Gelsa, sobreviviendo cada día, llena de
premoniciones y sobresaltos antes de que ocurran las cosas. Difícil vida que
otros como ella también llevan sobre sus hombros.
Hoy despertó con varios mensajes para enviar y uno a uno fueron llegando los destinatarios sin que ella intentara comunicarse.
Ayer vio llegar a sus parientes antes de que llegaran y
acomodó las cosas porque sabía que el diluvio iba a comenzar.
Sabe que mañana las
relaciones entre los compañeros de vida se harán más ríspidas, porque el virus
del egoísmo tiene campo fértil en esta
sociedad de individuos insensibilizados por la tecnología.
Gelsa se mira al espejo… y ve su rostro en el futuro. Gelsa se sienta a conversar… y sabe lo
que dirán todos y cada uno de los presentes.
Ella sabe lo que el destino le ha preparado.
Pero nunca podrá dimensionar cuánto su influencia ha
contribuido a que los hechos sucedan así, como ella ha predicho.-
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