jueves, 28 de noviembre de 2013

CRITICA DE LAS COSTUMBRES



Por estos lados, somos muy aficionados a criticar y escandalizarnos por las costumbres de las culturas que no conocemos, o de los ambientes de la sociedad donde no nos movemos.
Es fácil reconocer que la  sociedad  humana está conformada por  ambientes paralelos que son diversos y  que poseen campos de entrecruzamiento donde, en algún momento, se comparten acciones, sitios, objetos.
Pero es bastante difícil que los miembros de un ambiente social humano comprendan a fondo el origen y la justificación  de las costumbres de los otros círculos, ni aún compartiendo territorios aledaños.
Esta ignorancia sobre las costumbres tradicionales y emergentes- sobre las redes de patrones y significados- que  provoca incomprensiones de diversas clases, puede ser uno de los caminos hacia  la intolerancia.

Voy a dar un ejemplo muy sencillo y superfluo:
Recuerdo haber visto cómo una de mis  tías abuelas,  de origen catalán, daba a sus hijos pan con aceite de oliva y sal o tal vez azúcar, para merendar. En un país tan ganadero como era el nuestro hace unos 60 años, ver esto era como presenciar una escena de pobreza…quién no tenía una manteca en su casa y un poco de dulce para merendar. Yo había quedado muy impresionada y no lo pude olvidar nunca .
Ahora, relacionando el tema con ciertas comidas europeas que tenían como base el aceite de oliva y que al emigrar a nuestro país reemplazaran este elemento por crema o manteca, como sucedió con  la famosa bagna cauda, y conociendo el valor nutricional y anticolesterol del aceite de oliva, no puedo menos que reconocer mi total ignorancia y prejuicio al respecto .

Entonces, y a partir de este sencillo ejemplo, entre tantos otros que se dan diariamente, pienso cuántos conceptos, ideas, costumbres, se pueden prejuzgar y criticar por falta de conocimiento, por una burda ignorancia de otras culturas y  de la forma de adaptación a la vida, de  otros círculos sociales.
Por eso, no olvidemos la cautela cuando se nos ocurra hablar de  las costumbres de quiénes en algunas cuestiones son diferentes a nosotros.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Digo que me gustó el artículo y es muy cierto. Todo tiene su razón de ser y a veces nuestra ignorancia gana la batalla. Me encantó leerte Dea Bea y te mando un abrazo

Lily Chavez

Bea Candiani dijo...

Gracias Lily por tu visita y tu opinión . Significan mucho para mí.
Abrazo!

anacarsis klooth dijo...

Estimada Bea:
Efectivamente, la civilización occidental en la que vivimos minusvalora y considera "negativas" todas aquellas costumbres que no pertenecen a su libreto o no tienen su "estatus". En Perú eso ocurre comúnmente con los pueblos originarios. Antiguamente, antes del boom gastronómico, comer quinua era una costumbre de "indios", por lo tanto, pobres. Ahora, con el boom gastronómico, se ha descubierto las enormes propiedades nutritivas de la quinua y se ha convertido en un alimento de lujo, para las élites, al punto que ya no se puede comer en el cotidiano, como se hacía antes.
Prejuicios e ignorancia.
Saludos.
Anacarsis Klooth

Bea Candiani dijo...

Si Anacarsis, y ahora parece que la gastronomía peruana se ha puesto de moda, por lo menos eso pasa por acá.

La ignorancia tiene una gran producción de no significados.